LAS 4 NECESIDADES BÁSICAS EN LA INFANCIA.
Entre los muchos temas de la psicología que me interesan, hay dos que son muy cercanos a mi corazón. Uno es todo lo que hacemos las personas con nuestro mundo emocional y el otro es la maternidad consiente, respetuosa y conectada.
Por eso, cuando hace días escuché al Dr. Gabor Maté hablar sobre las necesidades básicas de la infancia, me emocioné cuando describió un esquema sencillo y fácil de explicar que reconoce la importancia de la conexión emocional.
Las cuatro necesidades básicas de la infancia, de acuerdo con Maté, son:
- Un apego saludable.
El apego (attachment) se refiere al vínculo que establece un niño desde que nace y a medida que crece con una figura parental (o grupo de figuras parentales) y que conforma la base de su desarrollo emocional y social. Por ser los bebés humanos tan increíblemente dependientes, estamos sujetos a que todas nuestras necesidades sean satisfechas por alguien más, su figura de apego.
Esta persona -idealmente- tiene que ser confiable (que esté presente cuando el bebé lo necesite en la mayor medida posible) y estar disponible emocionalmente (que esté lo suficientemente calmado y atento al bebé como para comprender su necesidad y saberla satisfacer).
Cuando se cumplen estas dos condiciones, se establece un apego seguro, que es la base para que el niño pueda en primer lugar estar saludablemente satisfecho en sus necesidades, y en segundo lugar, ir aprendiendo a regularse emocionalmente (de hecho la autorregulación comienza por ser una co-regulación entre el bebé y su figura de apego).
Pregúntate:
- En qué medida sé autorregularme? ¿Me desbordan mis emociones? ¿Me desconecto de mis emociones?
- Si mi sistema nervioso constituye un espejo en el que se va a reflejar el de mis hijos, ¿qué clase de espejo estoy siendo?
- Descanso.
Específicamente se refiere al descanso de tener un rol determinado que satisfacer, es decir, que el niño no tenga que trabajar por la relación, que no tenga que ser “bueno”, “lindo”, “paciente”, “maduro” o ninguna otra característica para garantizar que está en una relación segura con sus figuras parentales.
Los niños necesitan saber que el amor y cuidado de sus padres es incondicional. Cuando nos alejamos para demostrar a un niño que no aceptamos su conducta, él interpreta que tiene que hacer ciertas cosas o comportarse de cierta forma para ser amado.
Pregúntate:
- Necesito que mis hijos mantengan alguna actitud determinada para poder acercarme a ellos?
- Tiendo a retirar mi presencia (mirada, conversación, contacto físico) cuando mis hijos no hacen lo que yo espero?
- Posibilidad de sentir sus emociones.
Un niño debe sentirse libre de expresar la emoción que esté sintiendo sin que esto tenga repercusiones negativas para él, sin ser descalificado, menospreciado, humillado y sin que se le pida que sienta algo diferente a lo que siente.
Los padres podemos enseñar a nuestros niños a expresar sus emociones de maneras respetuosas consigo mismos y con los demás, pero entendiendo que la expresión que consideramos adecuada en un adulto es diferente a la que puede tener un niño.
Pregúntate:
- ¿Sé nombrar y ubicar en mi cuerpo mis propias emociones?
- ¿Hay alguna emoción en mis hijos que me irrite/intimide?
- ¿Me parece que lagunas emociones son buenas y otras malas?
- Juego libre.
Todos los niños tienen la necesidad de jugar libre, espontáneamente. Este es un proceso fundamental en el desarrollo posterior de muchas funciones psíquicas. También tienen la necesidad de pasar tiempo desocupados, incluso aburridos, que les permita crear su propia diversión.
Pregúntate:
- ¿Me doy permiso para la espontaneidad y la flexibilidad?
- ¿Permito que mis hijos tengan períodos de tiempo libre, sin una agenda? ¿Me da miedo que se aburran?
Como padres, debemos hacernos conscientes de qué tan satisfechas estuvieron nuestras propias necesidades y -muy importante- cómo hemos atendido la brecha que hubo entre nuestras necesidades y su satisfacción.
Nuestros hijos suelen venir, entre otras cosas, a mostrarnos el trabajo personal que nos queda por hacer. ¡Afortunadamente, suelen ser también unos motores incansables que nos motivan a hacer nuestra labor en el mundo de afuera, y en el de adentro!
Deseándote un buen viaje hacia adentro,
Oleny